Operador de Descalzo volvió a castigar a Cambiemos, por los aportes de campaña

El empresario de Ituzaingó Osvaldo Marasco se montó sobre la denuncia del kirchnerismo sobre los aportes de campaña de Cambiemos de 2107 y salió denunciar que en 2015, cuando fue candidato a intendente por ese espacio en Ituzaingó, vio “dinero negro”. El presunto arrepentido del macrismo viene siendo, desde que dejó el Gabinete municipal, el mejor aliado de Descalzo: Le aporta concejales por afuera y causa todo el daño posible en la oposición local.

La investigación (u operación) comenzó con un informe del programa “El Destape”, que sostuvo que en las listas de aportantes de Cambiemos figuraban cientos de personas que reciben planes sociales y aparecen financiando la campaña oficialista con donaciones por montos de entre 300 y 1500 pesos. El fiscal Carlos Stornelli impulsó una investigación la semana pasada. Y ayer el juez federal Sebastián Casanello citó a 50 testigos para corroborar aquella información.

La gobernadora, María Eugenia Vidal, fue consultada esta semana: “Es una denuncia del kirchnerismo y no importan de quién venga porque nos presentaremos y presentaremos todos los papeles”.

“Lo que es más importante es que la ley de financiamiento de partidos políticos tiene lagunas y deficiencias y por eso creemos que haya una nueva ley que contemple que los aportes sean bancarizados, así no queda ninguna duda sobre quién aportó y quién no así tenemos las cuentas claras”, dijo.

La mandataria provincial sostuvo que “después de cada elección, cada partido tiene que hacer la rendición de fondos de la campaña que transcurrió”. Además, advirtió que se presentaron ante la Justicia, a raíz de la denuncia presentada por la ONG La Alameda, y que “no hay nada que ocultar en esta denuncia que se hicieron sobre algunos aportantes”.

La historia tuvo un nuevo capítulo cuando el inversionista y ex funcionario de Alberto Descalzo salió a vender su propio historia como ex candidato. En diálogo con el periódico Diagonales sostuvo que  “el 100% de los aportes son truchos”.

Y explicó: “Inventaban una ‘cena de recaudación’ y decían que juntaban plata. Mentira, nadie hacía donaciones. La forma de blanquear la plata fue copiar las listas que mandamos a la junta electoral y ponerles montos de hasta 50 mil pesos”.

El empresario precisó que el dinero “negro” del PRO lo manejaban el intendente de Vicente López, Jorge Macri y Diego Santilli, en articulación con la gobernadora María Eugenia Vidal y el jefe de campaña bonaerense, Federico Salvai.

“Trabajé con Marcos Peña y Durán Barba mucho y, para casos como este, ellos aplican la política del ‘oso’. Cuando decís algo que es verdad, ellos se tienen que hacer el oso y no publicar nada”, explicó el operador político.

El PRO se lamenta desde hace tres años de haberlo sostenido como candidato en la Primaria de 2015. El partido le dio todo su respaldo y sólo tuvo que ganarle la interna a la UCR (que llevaba a G. Pozzuto, hoy concejal y posible candidato para 2019).

Aquella elección de agosto de 2015 la perdió por poco Cambiemos; y acusaron a Marasco de levantar los fiscales para dejarle el triunfo al intendente. Entonces se produjo el inevitable quiebre. Para cuando llegó la campaña de cara a octubre, el empresario salió a cuestionar a sus propios conductores. A Vidal en particular. Le quitaron apoyo, los recursos, pero el daño estaba hecho. La mayor parte de la lista de concejales le repondía a él: votaban para Descalzo y no tenían relación con las fuerzas de Cambiemos. Así pasaron por el recinto José Luis Sánchez, ex dirigente de la Tupac; Eugenio Marasco y Mirta Tonellato (hermano y cuñada del empresario); Sergio Crego y José Luis Cacho García (ex pte del CAI).

Sólo dos concejales de aquél PRO se mantuvieron leales. El resto, incluido Marasco, ahora niegan haber sido aportantes en la campaña de 2015, tal como figura en la rendición de cuentas de Cambiemos. Se muestran sorprendidos por un hecho que ahora denuncian, a tres años de la estafa electoral que pergeniaron como supuestoa dirigentes de Cambiemos.

Más allá de la poca transparencia que denotan las campañas electorales, el grupo armado por Marasco se unió al descalcismo en diciembre y le impidió al macrismo tomar el control en el HCD tras el triunfo de 2017.

Esta vez la fiscalización no dejó dudas. El mito asegura que Marasco entregó algunas escuelas en 2015. Un verdadero arrepentido podría cantar muchas cosas más.

En aquella elección ya lo daban como ganador de la Intendencia. Pero para sorpresa de todos se declaró derrotado en un canal de cable. Esa elección tuvo un índice de votos en blanco cercano el 9% en el orden municipal.

Marasco ya había sido armador y candidato de Unión PRO. Trabajó junto a Francisco De Narváez. También fue candidato por el Frente Cívico y Social. Allí le ganó la interna a Ricardo Vallarino, eterno rival de Descalzo. En todos los casos puso toda la carne al asador en la Primaria. Y en la campaña general desapareció. Amigo, socio y asesor del intendente durante años asegura estar peleado a muerte. Pero aún opera en su favor. No le interesa ser intendente. Es millonario, dueño de propiedades varias en su distrito. Sus ex compañeros en el Municipio lo apodaban “Monje Negro”.

Recibió todo tipo de amenazas y denuncias cuando se lo devoró la interna municipal. El año pasado reapareció como pre candidato de Cumplir (Randazzo). Pero esta vez no pasó ni con el apoyo del oficialismo, que jugaba con Unidad Ciudadana.